Cannabis y Sexo: Un mito

Dada la longevidad del cannabis, ha sido históricamente difícil rastrear sus orígenes. Dada su prohibición, es aún más difícil publicar hechos para el consumo convencional. Y dada su popularidad en innumerables subculturas en todo el mundo, junto con sus efectos eufóricos, es casi demasiado fácil encontrar historias sobre esta poderosa planta.

Pero estos mitos, por inocentes que sean, tienen consecuencias en la vida real. El estereotipo del stoner quintaesencial, por ejemplo, ha contribuido a la difamación y criminalización de usuarios, productores y vendedores. Pero el movimiento global para despenalizar y legalizar el cannabis ofrece una oportunidad para superar los mitos y revelar la verdad.

En Playboy, con la ayuda de varias figuras prominentes en el mundo del cannabis, nos gustaría contar la historia real, tanto para los conocedores como para los recién curiosos, exponiendo y contrarrestando algunas de las principales falsedades asociadas con el cannabis.

Mito 1: la prohibición del cannabis mantiene a los delincuentes fuera de la calle

La política gubernamental, la propaganda contra el cannabis y el estigma social pueden sugerir que la prohibición del cannabis es una parte vital de la reducción del delito, pero la evidencia indica lo contrario. “La prohibición crea un mercado subterráneo donde la violencia puede usarse como un mecanismo para mantener el control del mercado”, explica Maritza Pérez, directora de la Drug Policy Alliance. “Además, en un mercado no regulado, los consumidores pueden no conocer el alcance total de lo que contiene un producto que consumen, lo que puede dañar la salud de una persona”.

La legalización garantiza que los consumidores puedan comprar productos de cannabis regulados a minoristas autorizados, y permite a las fuerzas del orden público centrarse en resolver y prevenir crímenes realmente violentos.

“Es importante tener en cuenta que la prohibición de la marihuana significa que los usuarios y vendedores de marihuana enfrentarán tremendas consecuencias colaterales una vez que se enreden en el sistema de justicia penal”, agrega Pérez. “Hay más de 45,000 consecuencias colaterales [i.e. estatutos y reglamentos federales y estatales] que sistemáticamente niegan o restringen el acceso a la vivienda, la educación, el trabajo y otros beneficios que alteran la vida de las personas con condenas penales. Si a un individuo se le niegan estas oportunidades, puede ser empujado a actividades económicas clandestinas para llegar a fin de mes, incluida la actividad que puede comprometer la seguridad de la comunidad “.

Dennis Hunter, cofundador de la marca de producción y distribución CannaCraft, dice que cuando se trata de la supuesta correlación entre el cannabis legalizado y el crimen, “lo contrario puede ser cierto en los estados que tienen ventas legales de cannabis, con informes que muestran una relación inversa entre el cannabis uso y crímenes violentos “.